miércoles, 10 de octubre de 2012

Notas de Daynas Valen

¿Cómo resumir el trabajo de toda una vida? Muy poco de lo que he aprendido importa ya... Los mezquinos políticos de la época antigua, la eterna campaña para eliminar cualquier referencia al nombre de Gauldur.

Ahora sé lo que nos espera en Folgunthur, y aquí se encuentra la verdad de la historia, lo mejor que he podido unir sus fragmentos.


En los albores de la Primera Era, el archimago Gauldur era venerado en el norte. Sabiduría, riqueza, honor y poder eran suyos, e incluso los herederos de ysgramor pedían su consejo.

Los tres hijos de Hauldur, eclipsados por su sombra, se volvieron crueles y rencorosos. Perseguían el poder y el prestigio de su padre y, con el tiempo, Jyrik, el mayor, descubrio su origen: un misterioso amuleto del que nunca se separaba. Juntos conspiraron para asesinar a su padre mientras dormía y dividir el amuleto. Y así lo hicieron.

Consumidos por su nuevo poder, los hermanos arrasaron las aldeas cercanas. Tal fue la masacre que el rey supremo en persona tuvo que intervenir y enviar una compañía de magos guerreros dirigida por el archimago Geirmund para reducir a los hermanos. tras un devastador enfrentamiento, los tres huyeron del campo de batalla.


Mikrul, el más jover, fue abatido el Folgunthur, el antiguo túmulo a los pies de Soledad. Y aunque luchó durante tres días y tres noches, cayó finalmente derrotado y enterrado en ese lugar y cripta fue sellada con una Garra de marfil.

Geirmund persiguió a Kyrik hasta la destrozada cripta de Saarthal, a medio enterrar por aquel entonces. Diez hechiceros veteranos cayeron ante la magia elemental de Jyrik, pero no pudo derrotarlos a todos. Él también cayó y su cuerpo fue sellado dentro de las ruinas de la ciudad.


Y por último, Sigdis fue acorralado en las zonas más meridionales de Skyrim. Desafió a lord Geirmund a un duelo, sabiendo que su enemigo estaba obligado por honor a aceptar. Se midieron en combate con fuerzas de igual a igual y ambos cayeron en el campo de Paraje de Ivar. El rey supremo ordenó construir una tumba para Gairmund en el lago que lleva su nombre e hizo que Sigdis fuera sellado en su interrior, protegido siempre por aquel que lo mató.

El propio Gauldur fue enterrado en una cueva no muy lejos de donde una vez se alzó su torre, en un lugar llamado Roca de la Cuenca, y una vez hecho esto, el rey Harald promulgó un edicto por el que se expurgaban el nombre y los actos de Gauldur y sus hijos de cualquiera registro y de cualquier crónica. No se podía hacer mención a su existencia bajo pena de muerte, ni mucho menos intentar recuperar el amuleto que se había conseguido sellar a tan alto precio

Y así se hizo. Pero parte de esta historia permaneció viva en el tiempo. Lo suficiente.


Han transcurrido mil años y las tumbas siguen selladas. Los fragmentos del Amuleto de Gualdur yacen en su interior. Desde el día en que escuhcé el rumor por primera vez he sentido su poder. Me llama. Me arrastra. Seré yo quien lo recupere, quien lo restituya, quien devuelva su existencia al mundo una vez más. Debo tenerlo. ¡Tiene que ser mío!

No hay comentarios:

Publicar un comentario